CUARESMA - Primer Domingo

- CICLO B -

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.


 

     MEDITACIONES PARA EL AÑO LITÚRGICO

Guía didáctica apropiada para
Sacerdotes, Religiosos y Catequistas.

 




 

PRIMER DOMINGO – CICLO B

      

        

La Cuaresma es “tiempo fuerte” para revivir nuestra comunión con Cristo recordando los misterios centrales de nuestra redención. Por eso, somos invitados a restaurar las exigencias del Bautismo, a convertirnos de nuestros pecados personales por la Reconciliación, a centrarnos en la Eucaristía, a perseverar en la oración, a liberarnos del consumismo por el ayuno y a compartir nuestros bienes por la limosna.

Con la Virgen María contemplamos a Cristo en los misterios dolorosos del Rosario: la pasión, muerte y resurrección del Señor.

 

PRIMERA LECTURA. Génesis, 9, 8-15.

Las alianzas de Dios con su pueblo.

Las alianzas de Dios con su pueblo son pactos progresivos que manifiestan la trayectoria del amor misericordioso como respuesta al pecado. Culminarán con la alianza definitiva en la sangre de Cristo..
 

Noé.

Hago un pacto con vosotros. El diluvio no volverá a destruir la vida ni habrá otro diluvio que devaste la tierra. La señal del pacto será mi arco en el cielo.

Noé con su descendencia son salvados de la masa de corrupción para formar un pueblo nuevo grato a Dios. Es imagen de la alianza definitiva en la sangre de Cristo.

 


 

Abrahán

Abrahán será liberado de los halagos del paganismo de Mesopotamia, conducido a la soledad de la vida nómada en Canán y llamado a ser padre de un pueblo numeroso. Es imagen de la obediencia del Hijo de Dios hasta la muerte, que será constituido cabeza de los redimidos.
 

Moisés.

Moisés es liberado con su pueblo de la esclavitud de Egipto e inicia el camino del desierto hacia la tierra prometida. Es imagen del pueblo redimido que camina hacia la patria definitiva. 

Las alianzas, signo de amor.

Las alianzas van revelando progresivamente el triunfo del amor misericordioso de Dios sobre el pecado. Son señales de la presencia del Señor que sale al encuentro de su pueblo para salvarlo. Marcan el sentido peregrinante de los redimidos hacia la patria definitiva, triunfo eterno del amor de Dios.
 

Invocación mariana.

María: el amor misericordioso de Cristo ha triunfado excepcional y privilegiadamente en tu alma y en tu cuerpo. Enséñanos cómo ser fieles a las exigencias del Bautismo para que el amor de Dios triunfe para siempre sobre nosotros.

SEGUNDA LECTURA. Primera carta de San Pedro 3, 18-22.

Cristo, alianza definitiva.

La alianza definitiva se realiza en Cristo: en su Pasión y muerte: Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios.
 

Se contiene y se aplica en la Eucaristía.

La alianza definitiva en la sangre de Cristo se reproduce y se nos aplica en la Eucaristía como realización incruenta del mismo sacrificio del Calvario.

Contiene el amor misericordioso de Cristo hasta el extremo que nos sigue ofreciendo su amistad y comunión: Él en nosotros y nosotros en Él ( Cf. Jo.6, 56).
 

Somos el contenido de la alianza.

Somos objetos de la alianza y la reconciliación por la aplicación de la sangre de Cristo. Inicialmente, por el Bautismo y por la Penitencia. Centralmente por la Eucaristía, Cuerpo y Sangre de Cristo.
 

Invocación mariana.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra: Tú eres portadora fiel de la alianza definitiva porque eres Madre de Cristo y Corredentora. Enséñanos cómo dejarnos redimir plenamente por Cristo y ser fieles a la alianza en su sangre.

 

TERCERA LECTURA. San Marcos 1, 12-15.

Las tentaciones de Cristo.

El relato de Marcos es muy reducido. Las tentaciones de Cristo son ayuda en nuestras tentaciones: En cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es capaz de ayudar a los tentados" (Cf. Hebr.2, 18)

Para ello, quiso asemejarse a nosotros: no es nuestro Pontífice tal que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, antes fue tentado en todo, a semejanza nuestra, menos en el pecado (Cf. Hebr.4, 15).



 

El comienzo de la predicación de Jesús.

Jesús comienza a proclamar el Evangelio de Dios en Galilea: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertios y creed la Buena Noticia.

El reino mesiánico predicho por los profetas, está presente. El tiempo anunciado para establecer el Reino ha llegado.

Consiguientemente, es necesario preparase para acoger el Reino, por el arrepentimiento y la conversión, por la escucha y acogida de la Palabra, por los sacramentos.
 

Invocación mariana.

Madre de Dios: fiel al Espíritu Santo te preparaste para darnos a Cristo acogiendo la Palabra de Dios. Enséñanos cómo prepararnos para acoger los misterios de la redención en atenta escucha de la Palabra de Dios.

 

        




 


      Elaborado por Fr. Carlos Lledó López, O.P.