CUARESMA - Tercer Domingo

- CICLO B -

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.


 

     MEDITACIONES PARA EL AÑO LITÚRGICO

Guía didáctica apropiada para
Sacerdotes, Religiosos y Catequistas.

 




 

TERCER DOMINGO – CICLO B

 
      
        

Con María, meditamos los misterios luminosos. La vida Cristo proyecta la luz que ilumina nuestro caminar hacia el Padre. Es el camino del cumplimiento de la voluntad de Dios que se expresa en el Decálogo.

 

PRIMERA LECTURA. Libro del Éxodo, 20, 1-17.

Revelación del Decálogo:

Los Mandamientos de la Ley de Dios marcan las relaciones de la criatura con el Creador y de los hombres entre sí. Son relaciones de amor: de hijos con su Padre, de hermanos entre sí. Son el verdadero fundamento de la familia humana: Dios es el Padre común y nosotros somos hermanos porque tenemos un mismo padre. Sólo si hay amor, el cumplimiento de los Mandamientos tiene su verdadero sentido y se guardan gozosamente.

Dios da a conocer el Decálogo en el Monte Sinaí. Lo presenta como una respuesta al amor que Él ha manifestado liberando a su pueblo de la esclavitud y firmando una alianza de amor: Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud.
 

Contenido del Decálogo.

Las relaciones de la criatura con el Creador, esto es: reconocerlo como Dios y como Dueño por la adoración, por el respeto a su nombre, por la santificación del sábado (Domingo).

Las relaciones de los hombres entre si: en el matrimonio, en la familia, en el respeto a la vida, a la propiedad, a la verdad, a la pureza de pensamientos y deseos.
 

Invocación mariana.

Madre de Dios: Tú te entregas a la voluntad de Dios como esclava en el amor. Enséñanos a vivir los Mandamientos en esclavitud de amor siguiendo tu ejemplo.

 

SEGUNDA LECTURA. Primera a los Corintios, 1, 22-25.

Necesitamos de Cristo crucificado.

Cristo crucificado sanciona el Decálogo con la alianza definitiva en su Sangre.

Cristo crucificado nos manifiesta su amor muriendo por nosotros. Es la nueva y definitiva motivación para entender y cumplir los Mandamientos. Cumplimos el Decálogo no como esclavos en el miedo, sino como hijos de Dios en la sangre de Cristo: por amor.
 

Cristo es...

Cristo es el Hijo de Dios, Dios como el Padre, que entrega su vida por amor a cada uno de nosotros y nos libera de la esclavitud del pecado.

Cristo es la Sabiduría del Padre que repara la dimensión infinita del pecado y restaura nuestra amistad con Dios.

¿Cómo no hacer del cumplimiento del Decálogo una respuesta de amor cuando Cristo por amor a nosotros se hizo obediente hasta la muerte y muerte de Cruz?
 

Invocación mariana.

Santa María al pie de la Cruz: Tú te entregas con Cristo al Padre en comunión de obediencia. Enséñanos cómo vivir obedientes al Padre por amor, en comunión con Cristo tu Hijo.

 

TERCERA LECTURA. San Juan, 2, 13-25.

Necesidad de purificación.

La actuación de Cristo expulsando a los vendedores del Templo, movido por el celo del Padre, es un gesto mesiánico. Anuncia la necesidad de un nuevo templo, de una nueva casa digna del Padre.

Cristo realiza la purificación con su Pasión y muerte.

Cristo anuncia la destrucción del templo de su propio Cuerpo y su reedi­ficación en tres días. Esta anunciando su muerte y resurrección. Es el gran perdón y la purificación del pecado de la humanidad.

Cristo anuncia un nuevo templo: es el templo vivo de los redimidos cuya piedra angular es el mismo Cristo. Anuncia una nueva vida: la vida sobrenatural de la gracia que restaura nuestra amistad con Dios, que nos hace hijos adoptivos del Padre y herederos de la gloria.
 

Invocación mariana.

Santa María: Tú eres templo privilegiado construido por el Espíritu Santo para albergar el misterio del Verbo de Dios hecho hombre. Enséñanos a ser fieles al don de la redención para ser piedras vivas en Cristo, tu Hijo.

            

        





 


      Elaborado por Fr. Carlos Lledó López, O.P.