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MEDITACIÓN
EL NOMBRE DE MARÍA
"EL NOMBRE DE LA VIRGEN ERA MARÍA" (Lc. 1, 29)
Llamar a una persona por su nombre nos acerca a la intimidad de su vida
y al afecto mutuo, a la verdad de su alma y de su corazón. Significa
tenerla muy cerca de lo mejor de nosotros mismos y establecer un
contacto íntimo y dialogante entre su vida y la nuestra.
Llamar a la Virgen, María, es entrar en su intimidad y amistad mutua, no
tener secretos con Ella, dialogar a corazón abierto. Es entrar en su
alma llena de gracia y en su corazón lleno de amor. Es, hacerla ideal
sublime y modelo de nuestra vida. En una palabra: amarla filialmente.
EL NOMBRE DE MARIA.
María significa “la muy amada”
El nombre de María significa "la muy amada" Veneramos a María porque es
la muy amada de Dios-Padre que la ha predestinado para ser la Madre del
Hijo y la ha colmado de gracias, privilegiada y excepcionalmente
predestinada y bendecida.
María es “la muy amada” de Dios-Hijo, ejemplo de amor, obediencia y
sumisión a su Madre (Lc.2,51). La mantuvo con su trabajo, ayudando a S.
José. Llenó el corazón de su Madre de enseñanzas divinas (Lc.2,19).
María es “la muy amada” de Dios-Espíritu Santo que la cubrió
virginalmente en su concepción y la hizo Virgen y Madre. (Lc.1,35).
María significa “la Señora”
María es “Señora” porque es Reina, al participar de la Realeza de
Cristo. Por eso, la Iglesia la invoca con la súplica: “Dios te salve
Reina y Madre...”
María significa “Mar amargo”
María es “Mar amargo” desde la presentación de Jesús en el templo.
Simeón profetiza que Jesús será “signo de contradicción” y que una
espada de dolor atravesará el corazón de la Madre (Lc. 2,34)
"Mar amargo" que culminará en la calle de la Amargura y en el Calvario
donde la Madre será testigo de la muerte atroz del Hijo (Jo. 19, 25-28)
María significa "Estrella del mar"
María es la “Estrella del mar” que nos marca la ruta hacia el puerto
definitivo de salvación, que nos orienta y nos salva de las tempestades.
María significa “Esperanza”
“Yo soy la madre de la santa esperanza” (Ecl.24,24).
María es la Madre de la esperanza porque es la Madre de Dios y,
consecuentemente, nuestra Madre, siempre dispuesta a ayudar a sus hijos
ante su Hijo. Por eso, nos apoyamos en Ella, confiamos en Ella y lo
esperamos todo por medio de Ella.
INVOCAMOS EL NOMBRE DE MARIA SIEMPRE
BENDITO.
En el templo, en la familia, personalmente, orando con Ella y por medio
Ella. Así lo hacemos en el Rosario, repitiendo doscientas veces (o al
menos cincuenta) el nombre de María, como besos de los hijos a su madre.
No nos cansamos de expresar nuestro amor filial a MARÍA.
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