Domingo 12º del Tiempo Ordinario

- CICLO B -

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.

 

 

     MEDITACIONES PARA EL AÑO LITÚRGICO

Guía didáctica apropiada para
Sacerdotes, Religiosos y Catequistas.

 



 

DÉCIMO SEGUNDO DOMINGO – CICLO B
                 
 

Con María nos adentramos en la meditación de los misterios luminosos: la vida, la predicación y los milagros de Jesús. Es la manifestación de la potencia del amor y de la misericordia de Dios. Nos marcan el camino de la salvación.

 

PRIMERA LECTURA Job,38, 1. 8-11.

El poder de Dios se manifiesta en la creación.

Dios es el Creador de todas las cosas: del orden mineral, vegetal, animal y racional. Por eso, es el Dueño de la creación: gobierna y conserva lo creado con sabiduría y amor.

Lo confirma la manifestación de su poder sobre los elementos más llamativos. Dios domina la superpotencia de los elementos naturales y pone límites a lo aparatoso de la tormenta y la bravura del mar.
 

Adoremos a Dios.

Adoremos a Dios porque es el Creador que lo hace todo, el Artífice que da forma, y el Providente que las conserva.
 

Respetemos a Dios.

Consecuentemente, reconocemos nuestra total dependencia de Dios y respetamos sus leyes, sus Mandamientos, el orden que Él ha establecido.

Invocación mariana.

María: Tú eres modelo de adoración de Dios, de aceptación de su plan y de entrega a sus designios. Enséñanos cómo hacer de nuestra vida un acto de adoración a Dios y de aceptación de su plan sobre nosotros.

 

TERCERA LECTURA. San Marcos 4, 35-40.

El poder de Dios se manifiesta plenamente en Jesucristo.

El poder de Dios se manifiesta plenamente en Jesucristo. Por eso, Jesucristo calma el viento huracanado y las olas del mar: Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: ¡Silencio, cállate!. El viento cesó y vino una gran calma.

Jesús actúa con poder y autoridad. ¿Quién es éste al que los mares y los vientos obedecen? Es el Hijo de Dios, Dios como el Padre, es Dios. Y sólo Dios tiene poder para mandar sobre los elementos de la naturaleza.
 

La actuación de Cristo

La actuación de Cristo es signo de su poder redentor que conduce a la Iglesia y nos conduce a nosotros por el mar de la vida, con su vientos y tempestades, hacia la salvación.

Es invitación a vitalizar la certeza de nuestra fe. Creo en Dios Creador que hace todas las cosas con Sabiduría y Amor. Creo en Jesucristo Redentor, Dios hecho hombre por nosotros y por nuestra salvación. Creo en la Iglesia, barca que navega segura porque Cristo está en Ella aunque pueda parecer dormido.

Es invitación a vigorizar la valentía. No tengamos miedo: Dios cuida las cosa y las personas que ha creado según criterios de eternidad, no según criterios temporales. Cristo está presente en la Iglesia y en nosotros, por la gracia. Cuida de nosotros con criterios de salvación, no con criterios humanos. Cristo está siempre con nosotros (Cf. Mt.28, 20b) y por nosotros: no nos puede fallar.
 

Invocación mariana.

Santa María: Tú eres obra excepcional del poder redentor de Dios manifestado en Jesucristo. Por eso, eres llena de gracia y bendita entre las mujeres. Enséñanos a reconocer la obra de Dios en nosotros que nos perdona, nos santifica y nos salva por medio de Jesucristo.

 

SEGUNDA LECTURA. Segunda Carta a los Corintios 5, 14-17.

Dios lo hace todo por amor.

El motor del poder de Dios es el amor. Dios Crea todas las cosas y las conserva por amor. No necesita de nada ni de nadie. Es infinitamente perfecto. Se abre generosamente a la creación y a la redención. La vida y la reden­ción son dones gratuitos de Dios.

Dios nos habla por medio de Jesucristo que revela el amor y la misericordia del Padre haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Cf. Fil.2, 8), para salvarnos.


Nuestra respuesta al amor de Dios.

Es urgente responder al amor y a la misericordia de Dios, manifestado en Jesucristo. Nos apremia el amor de Cristo que ha muerto por nosotros y por nuestra salvación. Amor con amor se paga.

Respondemos al amor de Dios cuando tratamos de vivir como criaturas nuevas, cuando respetamos el proyecto creador de Dios, cuando somos fieles a Cristo cultivando el don de la vida sobrenatural.
 

Invocación mariana.

Santa María: tú vida es respuesta heroica desde la Encarnación hasta la Cruz y la Resurrección, al amor que Dios te tiene. Enséñanos cómo hacer de nuestra vida una respuesta de amor al amor que el Padre nos da en Jesucristo por obra del Espíritu Santo.

        
 



 

 

 
 


      Elaborado por Fr. Carlos Lledó López, O.P.