CUARESMA - Primer Domingo

- CICLO C -

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.


 

     MEDITACIONES PARA EL AÑO LITÚRGICO

Guía didáctica apropiada para
Sacerdotes, Religiosos y Catequistas.

 



 

PRIMER DOMINGO - CICLO C               

 

Nos disponemos a recorrer el camino de la Cuaresma con la Virgen María. La meditación de los misterios dolorosos del Rosario nos ayudan a recordar los principales misterios de la Redención, a dar gracias a Dios por la pasión de Cristo y a preparar la Solemnidad de la Resurrección.

 

PRIMERA LECTURA. Deuteronomio 26, 4-10.

Moisés da gracias a Dios.

Moisés ofrece las primicias de los frutos del campo a Dios y le da gracias porque liberó a su pueblo de la esclavitud de los egipcios. Dice Moisés: Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo, que tú, Señor, me has dado. Y se postra en adoración al Señor Dios.
 

La Cuaresma, tiempo de acción de gracias.

La Cuaresma es tiempo de oración para dar gracias a Dios porque Cristo nos libera de la esclavitud del pecado con su pasión, muerte y resurrección.

Damos gracias también, por los sacramentos que Cristo nos ofrece en la Iglesia: el Bautismo que nos libera de la opresión del pecado original y la Confesión que nos libera de los pecados personales.
 


 

Invocación mariana.

Santa María del Magnificat porque tu alma desborda acción de gracias por las maravillas que el Señor ha hecho en Ti. Enséñanos a vivir la Cuaresma dando gracias a Cristo que se ha hecho hombre, ha muerto y ha resucitado para darnos la verdadera libertad.

 

SEGUNDA LECTURA. Romanos, 10, 8-13.

Meditar la Palabra de Dios.

La Cuaresma es tiempo propicio para meditar la Palabra de Dios. Meditamos la Palabra de Dios cuando la escuchamos y la acogemos en la celebración litúrgica y cuando la hacemos oración a nivel personal. Entonces, estamos actuando nuestra salvación porque si profesamos que Jesús es el Señor y nuestro corazón cree que Dios lo resucitó, nos salvamos. Por eso, la cuaresma es tiempo fuerte de oración y tiempo propicio de salvación, pues todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.
 

Vivir según la Palabra de Dios.

La Cuaresma nos invita a la conversión, esto es, a vivir según el Evangelio, que se compendia en el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos (Cf. Mt. 22, 36-41). Necesitamos convertirnos al amor.
 

Invocación mariana.

Santa María que supiste escuchar, acoger y vivir según la Palabra de Dios como esclava de amor, enséñanos a saber escuchar la Palabra, a guardarla en el corazón, a vivirla y proyectarla con amor.

 

TERCERA LECTURA. San Lucas 4, 1-13.

Con Jesús en el desierto.

Jesús lleno del Espíritu Santo es llevado por el mismo Espíritu al desierto. La palabra desierto tiene aquí un sentido religioso. Se trata de un lugar apartado y silencioso, propicio para la oración, la soledad y la penitencia. Jesús, se retira cuarenta días dedicado a la oración y al ayuno.

Ojalá, nosotros encontremos espacios de desierto en la cuaresma, para dedicarlos más intensamente a Dios por los sacramentos, la oración, la lectura del Evangelio, la moderación y dominio de nosotros mismos...
 

LAS TENTACIONES DE JESÚS.

  • La primera tentación.

La primera tentación es de orden físico. Cristo experimenta hambre después de cuarenta días de ayuno.

El diablo se acerca a Jesús y le dice: Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan. Evidentemente, el demonio no sabe, o duda, si Cristo es el Hijo de Dios, caso contrario, no se hubiera acercado a Él.

Jesús contesta al diablo: No sólo de pan vive el hombre. El hombre se alimenta también de la Palabra que sale de la boca de Dios (Cf. Dt.8, 3) y de la voluntad del Padre (Cf. Jo. 4, 32-34). Jesús nos invita a tomar la Palabra de Dios y a seguir su voluntad como alimento del camino hacia la salvación.
 

  • La segunda tentación.

La segunda tentación es de carácter imaginativo. El diablo hace ver los reinos de este mundo a Jesús y le dice: Te daré el poder y la gloria de todo eso… Si tú te arrodillas delante de mí, todo eso será tuyo.

Cristo vence por segunda vez al diablo declarando que sólo Dios tiene el poder y es digno de adoración: Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo darás culto. Jesús nos invita a referirlo todo a Dios, a adorarlo sólo a Él y a no dar culto a los bienes de este mundo.
 

  • La tercera tentación.

La tercera tentación es de carácter espiritual. Cristo es conducido a Jerusalén, ciudad santa, al alero del templo, como a 180 metros de altura. El diablo dice a Jesús: tírate de aauí abajo. Te acogerán los ángeles para que no te hagas daño. Jesús responde al diablo: No tentarás al Señor tu Dios. .

La victoria de Cristo es modelo de lo que hemos de hacer para superar la tentación: responder según los valores sobrenaturales. Al mismo tiempo, Cristo causará nuestra victoria porque nos ofrece su gracia para que podamos superar la tentación.
 

Invocación mariana.

Santa María, Madre de la fortaleza: enséñanos a alimentarnos de la Palabra de Dios, a que toda nuestra vida sea adoración de Dios y a confiar plenamente en la gracia que Dios nos ofrece en Cristo para ser fuertes en la tentación.

 




 

 


      Elaborado por Fr. Carlos Lledó López, O.P.