Domingo 25º del Tiempo Ordinario

- CICLO B -

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.

 

 

     MEDITACIONES PARA EL AÑO LITÚRGICO

Guía didáctica apropiada para
Sacerdotes, Religiosos y Catequistas.

 



 

DOMINGO VIGÉSIMO QUINTO – CICLO B
                 
  

La meditación de los misterios del Rosario nos ayudan a conocer el camino que Cristo, obediente al Padre, recorre hacia la Cruz y la Resurrección, y nos enseña a caminar imitando a Cristo. Es el camino de la sabiduría que el mundo no puede entender y rechaza.

 

PRIMERA LECTURA. Libro de la Sabiduría 2, 17-20.

El justo es rechazado.

El justo es perseguido porque se opone se opone al pecado, porque reprende la conducta errada, porque declara que conoce a Dios y se da el nombre de hijo del Señor.

El estilo de vida del justo molesta y su conducta es una denuncia continua que resulta insoportable.
 

El justo es sometido a prueba.

El justo es sometido a ultrajes y condenado a muerte para probar la verdad de sus palabras: Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos...



 

Es una profecía mesiánica.

Se trata de una profecía mesiánica. Cristo es el Hijo de Dios, el Justo por antonomasia. Su estilo de vida y su doctrina son una denuncia continua de la lejanía de Dios, del pecado... resulta un personaje molesto. Por eso, será sometido a toda clase del ultrajes y condenado a muerte. Si es el Hijo de Dios, Dios vendrá en su ayuda.

Los que rechazan a Cristo y lo condenan no entienden el lenguaje de la redención. Era necesario padecer y morir para resucitar al tercer día, para vencer definitivamente al pecado, para redimirnos.
 

Invocación mariana.

Madre del Redentor: Tú entiende y aceptas el camino que ha de recorrer tu Hijo para redimirnos. Enséñanos a dejar el pecado para saber aceptar plenamente a tu Hijo y comprender el camino de la pasión, muerte y resurrección que nos salva.

 

SEGUNDA LECTURA. Santiago 3, 16.4, 3.

El camino del cristiano.

¿Qué camino ha de recorrer el cristiano? ¿qué criterios de comportamiento ha de tener?

El cristiano ha de recorrer el camino marcado por Cristo, cuyo centro es la cruz y la resurrección. Entonces el cristiano vivirá según la verdadera sabiduría que viene de arriba y que Cristo nos enseña con su doctrina y su vida.

Entonces la vida del cristiano es pura y además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras. No estará condicionada por las exigencias de la soberbia, del egoísmo, de la carne...
 

Busquemos el verdadero camino.

Busquemos el camino verdadero que es el de la comunión con Cristo por la vida de la gracia, verdadera sabiduría que viene de arriba.
 

Invocación mariana.

María: eres Madre de la Sabiduría porque eres Madre del Hijo de Dios, llena de gracia, llena de sabiduría. Enséñanos ser fieles a la gracia para poseer la sabiduría y vivir según ella.

 

TERCERA LECTURA. San Marcos 9, 29-36.

Jesús sube a Jerusalén.

Jesús instruye a sus discípulos subiendo a Jerusalén donde va a ser crucificado: Les decía: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.

Los discípulos no están capacitados para entender los designios o de la Sabiduría. Tendrá que venir el Espíritu Santo para abrirles las mentes y los corazones.

Nosotros necesitamos invocar al Espíritu Santo para comprender la centralidad de la cruz, condición para llegar a la resurrección. Es el centro de la sabiduría cristiana.
 

El camino de la sabiduría.

El camino de la sabiduría, cuyo centro es la cruz, no es el camino del poder y de la arrogancia. Es el camino del amor, de la humildad, del servicio, de la sencillez, de la pequeñez... Quien quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos...
 

Invocación mariana.

María, Madre del amor que se hace esclavitud, de la humildad que se hace pequeñez, del servicio que se hace corredención... Enséñanos a vivir como esclavos del amor, como pequeños en la humildad, como corredentores de la salvación de nuestros hermanos.


 




 
 


      Elaborado por Fr. Carlos Lledó López, O.P.