Domingo 26º del Tiempo Ordinario

- CICLO B -

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.

 

 

     MEDITACIONES PARA EL AÑO LITÚRGICO

Guía didáctica apropiada para
Sacerdotes, Religiosos y Catequistas.

 


 

 DOMINGO VIGÉSIMO SEXTO – CICLO B
                 
  

Con María, meditamos los misterios de la vida de Cristo en el Rosario. Pedimos que el Espíritu de Cristo nos penetre y transforme para que nuestras obras sean para gloria del Padre.

 

PRIMERA LECTURA. Libro de los Números 11, 25-29.

El espíritu de Moisés.

Dios pasó parte del espíritu de Moisés a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el espíritu se pusieron enseguida a profetizar. Esto es, comenzaron a enseñar lo que Moisés enseñaba y a orientar la conducta del pueblo aconsejando a los israelitas.

Exclama Moisés: ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!
 

Signo del Espíritu Santo.

Es signo profético de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. El Padre hace partícipe a la Iglesia del Espíritu de Cristo. Los Apóstoles comenzaron a profetizar predicando el Evangelio, confirmando su palabra con signos extraordinarios hasta derramar la sangre en el martirio.

Todos los bautizados participamos del Espíritu de Cristo por designio del Padre y estamos llamados a ser profetas predicando el Evangelio con la palabra y con el testimonio, dispuestos a derramar la sangre en defensa de nuestra fe, siempre fieles al Espíritu recibido.


Invocación mariana.

Santa María, Esposa del Espíritu Santo porque lo recibes de forma privilegiada y le eres enteramente fiel. Enséñanos cómo abrirnos al Espíritu Santo para serle enteramente fiel y vivir según el Evangelio de Jesucristo para gloria del Padre.

 

SEGUNDA LECTURA. Santiago 5, 1-6.

Vivir según el Espíritu Santo.

Estamos llamados a vivir según el Espíritu recibido en el Bautismo. Vivir según el Espíritu quiere decir vivir como nos enseña Jesucristo en el Evangelio: en la verdad y en el amor, en la justicia y en la caridad, en el amor fraterno, en el amor, en la reconciliación... usando de los bienes de este mundo en tanto cuanto nos ayudan a la salvación.
 

Se opone a vivir según el Espíritu.

Se opone a vivir según el Espíritu de Cristo: vivir según los criterios de este mundo adquiriendo, acumulando y usando los bienes materiales injustamente; defraudar a los obreros en el salario... vivir entregados al placer de la carne...
 

Invocación mariana.

Madre de la Verdad y el Amor. Tú eres Modelo de fidelidad al Espíritu viviendo según el Evangelio para gloria del Padre.

Enséñanos a ser fieles al Espíritu Santo para vivir según Jesucristo, tu Hijo, dando gloria al Padre.

 

TERCERA LECTURA. San Marcos 9, 37-42. 44. 46-47.

Estar con Jesús.

Necesitamos estar con Jesús, entre sus discípulos y amigos íntimos, para. conocerlo, amarlo, seguirlo y empaparnos de su Espíritu. Estamos con Jesús cuando vivimos en gracia, recibimos los sacramentos, hacemos oración, practicamos las virtudes sobrenaturales...

Necesitamos estar a favor de Jesús viviendo según el Evangelio en la Iglesia, y defendiéndolo siempre y en toda circunstancia...



 

Tenemos el Espíritu de Cristo.

Para vivir según Jesucristo, es necesario participar de su Espíritu. Nosotros hemos recibido vitalmente el Espíritu de Cristo en el Bautismo que nos da la Vida sobrenatural. El Espíritu Santo nos fortalece para ser testigos de Cristo en el Evangelio, nos purifica y renueva en la Reconciliación, nos alimenta en la Eucaristía... Actuemos según el Espíritu de Cristo.

Si tenemos el Espíritu de Cristo, hemos de actuar según el Espíritu de Cristo. Actuamos según el Espíritu de Cristo cuando todo lo hacemos en comunión con Él, hasta un vaso de agua que damos al sediento; cuando evitamos las ocasiones de pecado y evitamos escandalizar a los pequeños, a los ignorantes...

Vivir según el Espíritu de Cristo nos exige ser integralmente cristianos, a nivel personal, familiar, social... por la plena adhesión a Cristo, a su Iglesia, a los Mandamientos, a los deberes del propio estado...
 

Invocación mariana.

Santa María de la íntima comunión con Cristo, privilegiadamente empapada del Espíritu de tu Hijo. Enséñanos a estar siempre con Jesús, a vivir en comunión con Él, a penetrarnos de su Espíritu para ser testigos valientes de la fe que profesamos.


 



 
 


      Elaborado por Fr. Carlos Lledó López, O.P.