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Domingo 26º del Tiempo Ordinario - CICLO C - Autor:
Fr. Carlos Lledó López O.P. |
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Guía didáctica
apropiada para
DOMINGO VIGÉSIMO SEXTO
– CICLO
C
PRIMERA LECTURA. Profeta Amós 6, 1ª. 4-7. La denuncia del Profeta.
El Profeta Amós condena el pecado de Israel en
tiempos del Rey Jeroboam (s. VIII a.C.): el materialismo condicionante,
el paganismo de costumbres, las injusticias sociales, el uso
descontrolado de las riquezas, la explotación del pobre… en una palabra,
el olvido de Dios. La profecía de Amós. El Profeta anuncia el castigo de Dios: los Israelitas serán desterrado y cautivos. La profecía se cumplirá con la conquista de Israel por Sargón II de Asiria (722 a. C.) La situación actual.
La sociedad actual se olvida de Dios, se instala
en el paganismo, vivimos una situación caótica. ¿Se puede hablar de
castigo de Dios? Dios no quiere directamente el castigo. Es el
comportamiento de la humanidad alejada de Dios la que el hombre
libremente convierte en castigo. Así tenemos las guerras, la violencia,
las divisiones, el desorden moral… Dios no es tenido en cuenta. Los
Mandamientos de la Ley de Dios no se cumplen. Esta situación puede hacer
reflexionar a la humanidad y experimentar la necesidad de volver a Dios
que siempre es amor y misericordia.
Invocación mariana. Santa María, Madre de amor y misericordia: toca el corazón de la humanidad para que los hombres se conviertan de su pecado, recuperen la gracia y vivan como hijos de Dios. Madre: estamos seguros que tu corazón maternal terminará triunfando sobre el mal.
SEGUNDA LECTURA. Primera Timoteo 6, 11-16. El comportamiento cristiano.
El bautizado ha de ser cristiano con todas sus
consecuencias y obrar como tal. Ha de combatir el buen combate de la
fe. Por eso, San Pablo invita a Timoteo a practicar la justicia,
la religión, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. Se trata
de conquistar la vida eterna siendo fiel a los compromisos de Bautismo
que se expresan en guardar los Mandamiento
sin mancha ni reproche, hasta la venida de Nuestro
Señor Jesucristo. La venida de Jesucristo.
Nuestro Señor Jesucristo vendrá para
juzgarnos en el amor. Él es único Soberano, Rey de los reyes y Señor
de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una
luz inaccesible a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. Que
toda nuestra vida sea para honor y alabanza de de Nuestro Señor
Jesucristo. Invocación mariana. Santa María: eres modelo perfecto de las virtudes que hemos de practicar para alcanzar la vida eterna. Enséñanos cómo ser fieles a las exigencias del Bautismo, cómo perseverar en la gracia, cómo practicar las virtudes cristianas para ser dignos de alcanzar las promesa de Nuestro Señor Jesucristo.
TERCERA LECTURA. San Lucas 16, 19-31. Modelos de comportamiento. La parábola de un hombre rico y la de un mendigo llamado Lázaro nos enseña las consecuencias del comportamiento del hombre alejado de Dios y la del hombre creyente. El hombre rico vive alejado de Dios, disolutamente, usando abusivamente de su riqueza. Es soberbio, injusto, egoísta y avaro. Usa desordenadamente los bienes materiales.
Lázaro es un enfermo y un mendigo que pide limosna
a las puertas de la casa del rico sin que nadie le atienda. Es un hombre
que sufre y carece de lo necesario para vivir. Pero es un hombre
religioso que cree y espera en Dios.
Consecuencias. Sucedió que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán, al cielo. Murió el rico y fue condenado al infierno. El rico vio a Lázaro en el cielo y suplicó a Abrahán: Manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua porque me torturan estas llamas. Abrahán le contestó que no era posible salvar la distancia y que él ya había recibido bienes en la tierra. Insistió el rico: manda a Lázaro a casa de mi padre y de mis cinco hermanos para que les avise y cambien de conducta evitando venir a este lugar. Respondió Abrahán: si no han hecho caso a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso a un muerto que resucite.
Es dura la enseñanza que se desprende de esta
parábola. Tenemos la vida y la enseñanza de Cristo. Estamos a tiempo
para conformar nuestra vida con el Evangelio, para cumplir los
Mandamientos, para usar rectamente de los bienes de este mundo y
alcanzar la salvación eterna. Invocación mariana.
Santa María: Tú eres la humilde esclava del Señor,
pobre en bienes materiales pero llena de gracia y santidad, fidelísima a
la voluntad de Dios. Enséñanos a vivir según el querer de Dios, fieles a
la vida de la gracia y a usar rectamente de los bienes de este mundo
salvando los bienes sobrenaturales para alcanzar la salvación.
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