Domingo 29º del Tiempo Ordinario

- CICLO B -

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.

 

 

     MEDITACIONES PARA EL AÑO LITÚRGICO

Guía didáctica apropiada para
Sacerdotes, Religiosos y Catequistas.

 


 

 DOMINGO VIGÉSIMO NOVENO – CICLO B
                 
  

La Virgen María es la Maestra que en la escuela del Rosario nos enseña a contemplar a Cristo como Redentor porque es la Víctima y el Mediador entre Dios y nosotros que repara nuestro pecado y nos ofrece la vida Dios.

 

PRIMERA LECTURA. Isaías 53, 10-11

Necesidad de un verdadero Redentor.

Necesitamos un redentor que sea capaz de reparar la dimensión infinita del pecado. El sacrificio de animales, incluso el sacrificio humano, no es capaz de esa reparación infinita.

El Profeta anuncia al verdadero Redentor que será Cristo. Este, obediente al Padre, cargará con nuestros pecados, se someterá a toda clase de padecimientos, incluso a la muerte con capacidad de reparación infinita.

El Profeta anuncia también el triunfo del Redentor: resucitará y tendrá una descendencia de redimidos que será eterna, justificados para siempre... recobrarán la amistad con Dios y alcanzarán el Cielo.
 

Invocación mariana.

María, Madre de los redimidos: enséñanos a abrir las puertas de para en par a Cristo Redentor, a dejarnos purificar del pecado, a entrar en su intimidad para ser digno de alcanzar la salvación.

 

SEGUNDA LECTURA. Hebreos 4, 14-16

Cristo es el verdadero y único Redentor.

Cristo es el Redentor porque es el Sumo, Eterno y Único Sacerdote. Es el Mediador entre Dios y los hombres porque es Persona divina que utiliza la naturaleza humana y la divina como instrumentos unidos de redención. Es la Víctima que, por la mima razón, puede ofrecer una reparación infinita de nuestro pecado.

Para ello, Cristo ha aceptado hacerse en todo igual a nosotros, menos en el pecado. De esta manera, nos ofrece el perdón y la gracia, nos comprende en nuestra debilidad y nos ayuda...
 

Nuestra actitud.

San Pablo nos indica cual ha de ser nuestra actitud: acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Renovamos nuestra fe en Cristo Redentor, nos abrimos a su amor y misericordia y nos acercamos a Él con plena confianza.
 

Invocación mariana.

Madre del Redentor que nos muestras a Cristo. Alcánzanos la gracia de abrirnos al amor misericordioso de tu Hijo, de dejarnos perdonar y ayudar por la gracia que nos ofrece.

 

TERCERA LECTURA. San Marcos 10, 35-45

El poder de Cristo Redentor.

El poder de Cristo no es el de un jefe que ejerce poderío humano y que tiene súbditos sometidos a su poder y, a veces esclavizados. Tampoco es el de un jefe que se obstina en ocupar el primer puesto y en ser servido por los demás...

El poder de Cristo es el del Redentor que se hace servidor de todos, que no ocupa los primeros puesto, que entrega la vida por sus súbditos, que muere en la Cruz para salvarlos...Cristo ama a sus súbditos hasta el extremo, los sirve hasta lavarles los pies, muere por ellos en la Cruz... se hace esclavo de sus súbditos.
 

Nuestra actitud.

Nosotros hemos de tratar de imitar a Cristo. Ser cristiano es tratar de imitar al Maestro, esto es, al prójimo en caridad, en humildad, en silencio... no buscando el reconocimiento humano sino la recompensa divina. No olvidemos que la clave de la recompensa eterna la tiene el Padre según nos encuentre configurados con el Hijo. Tratemos, por lo tanto de configurarnos en todo con Cristo.


Aplicación al Domund.

Celebramos hoy el Domingo mundial de las misiones. Los misioneros y misioneras, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, laicos... lo arriesgan todo por la salvación de las almas, hasta el derramamiento de la sangre. Ellos se configuran con Cristo en el servicio humilde, sacrificado, silencioso, sin recompensas humanas... son servidores entregados hasta la muerte, a ejemplo de Cristo.

Pedimos insistentemente por ellos y tratamos de ayudarles en la medida de nuestras posibilidades.
 

Invocación mariana.

María, Corredentora y humilde esclava del Señor que lo diste todo configurada con Cristo en la obra de la Redención. Enséñanos a configurarnos con tu Hijo en la caridad, servicio, humildad, sacrificio, entrega... para colaborar en la propagación del Evangelio como hacen los misioneros.

        

 




 
 


      Elaborado por Fr. Carlos Lledó López, O.P.