|
CRISTO REY Domingo 34º del Tiempo Ordinario - CICLO A - Autor: Fr.
Carlos Lledó López O.P. |
|||
TRIGÉSIMO CUARTO
DOMINGO - CICLO A Con María adoramos a Cristo, nuestro Rey único y absoluto. Jesucristo es el Señor, el Hijo de Dios, Dios como el Padre, Rey de los redimidos a los que ha conquistado con su obediencia hasta la muerte. Somos súbditos de Cristo a precio de sangre. Hemos de comportarnos como tales, también a precio de sangre.
LECTURAS. Ezequiel. 34, 11-12. 15-17. Primera Corintios. 34,11-12. 15-17. San Mateo, 25, 31-46.
CLAVES DE LA REALEZA DE CRISTO. La Cruz. La Cruz es, paradójicamente, el trono donde se asienta la realeza y la majestad de Cristo.
En la Cruz, Cristo cumple la voluntad del Padre haciéndose obediente hasta la muerte de cruz (Cf. Fil. 2, 8). Por eso, es glorificado por el Padre: por lo cual Dios le exaltó y le otorgó un nombre sobre todo nombre para que al nombre de Jesús doble la rodilla todo cuanto hay en los cielos, en la tierra y en las regiones subterráneas, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 9-12). El Padre proclama la realeza del Hijo muerto en la Cruz. La Cruz manifiesta la potencia del amor supremo. Cristo es el Rey, Amigo de sus súbditos, que da la vida por ellos -por nosotros- como prueba del amor más grande (Jo. 15, 13). Cristo es el Rey-Esposo que se entrega para que la Iglesia esposa sea santa (Ef.5,25), para que nosotros seamos santos en la Iglesia. Cristo nos
hace partícipes de su realeza, de su naturaleza divina, por el don de la
gracia santificante. Somos linaje escogido, sacerdocio regio, gente
santa... (1ª Pe, 2,9). La Resurrección. Cristo es el
Rey que triunfa sobre el pecado y la muerte. La resurrección confirma la
realeza eterna del Hijo de Dios. Se revela como el Dueño de la vida y la
muerte. Resucita por su propia virtud. Es el Señor. Es el Rey.
CUALIDADES DE CRISTO-REY. El Buen Pastor El Profeta Ezequiel presenta a Cristo como el Buen Pastor y ésta será la autopresentación de Jesús en el Nuevo Testamento. Es el Rey que busca amorosamente a sus ovejas para congregarlas en un solo redil. Es el Redentor que sale a nuestro encuentro para congregarnos en su reino. Es el Rey que
libra a sus ovejas de los peligros y las alimenta. Es el Redentor que nos
perdona el pecado, que nos alimenta sobrenaturalmente y nos congrega en la
Iglesia, redil de salvación. Es el Rey que conoce y ama a sus ovejas. Es el Redentor que nos conoce personalmente, que se ocupa de nosotros y nos ama como el Padre conoce y ama al Hijo. El reinado de
Cristo en un reinado de amor. No tengamos miedo. Cristo es el Rey que nos
ama, que nos gobierna en el amor. Seamos súbdito en y por amor. Juez en el amor. Cristo es el Rey que vendrá en su gloria y majestad para juzgar a los súbditos en el cumplimiento de su Ley. Es la ley del amor: en el atardecer de la vida seremos juzgados en el amor. ¿Cómo hemos servido al Rey en sus súbditos nuestros hermanos: hambrientos, sedientos, forasteros, desnudos, enfermos, presos...?
MARÍA, REINA. María: Tú eres Reina porque participas privilegiadamente de la realeza de tu Hijo. Por eso, eres la llena de gracias y la medianera universal de todas las gracias. María: Tú ere
la mejor súbdita de Cristo tu Hijo porque tu vida está totalmente
entregada a los intereses de su reino. Por eso, eres corredentora.
María: enséñanos a ser súbditos fieles de tu Hijo por la fidelidad a la vida de la gracia y por el testimonio de una vida entregada a las órdenes de Cristo. No tengamos miedo a confesar que militamos bajo la bandera de Cristo Rey y que trabajamos por los intereses de su reino.
|
||||
|
||||