SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

Fundador de la Orden de Predicadores

 

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.

 

 



MEDITACIÓN

 

SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
 

- Fundador de la Orden de Predicadores (Dominicos) -
 

                             



SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

Podemos presentar la personalidad de N. P. Sto. Domingo como el Santo de espíritu contemplativo y apostólico, centrado en el misterio de Cristo, alimentado centralmente de la Eucaristía, al calor de la Virgen María.


1- Espíritu contemplativo y apostólico:

Vive de Dios y para Dios. Inmerso en el misterio de la comunión trinitaria. Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo en Él y Él en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios goza de libertad en el alma de N. P. y Él se siente libre para entregarse a Dios. Está como sumergido en el océano infinito del misterio de Dios. Respira a Dios. Contagia el misterio de Dios.

Por lo tanto, su predicación rebosa el misterio de Dios Padre, Amor, Compasión y Misericordia; imitando fielmente el estilo de Jesucristo, dejándose conducir por el fuego del Espíritu Santo que ardía en su corazón. Por eso, hablaba sólo de Dios y con Dios.

Padre: contágianos de tu experiencia profunda del misterio de Dios para que nuestra vida como sacerdotes, como personas consagradas, como laicos dominicos, o como simple fieles, sea icono de la Stma. Trinidad.


2- Centrado en el misterio de la Cruz:

Consecuentemente, N. P. vive identificado con Cristo. Si el amor de Cristo se manifiesta “hasta el extremo”, la vida de Sto. Domingo es amor sin límites: vivir como Cristo, crucificado con Él para ser testigo de la resurrección por la salvación de las almas.

Toda su vida y sus palabras tratan de reproducir la vida de Cristo. Ora de día, apartándose a un lugar solitario o en los caminos, y de noche con prolongadas vigilias. Predica literalmente el Evangelio y las cartas de San Pablo. Viste una sola túnica. Descansar sobre lecho duro. Llega a ayunar cuarenta días. Padre: enséñanos a amar a Cristo “apasionante y apasionadamente” y préndenos en tu fuego.


3- Alimentado centralmente en la Eucaristía:

Se alimenta centralmente de la Eucaristía, renovación incruenta del Sacrificio del Calvario. Vive y celebra la Misa, cantada diariamente, entre abundantes lágrimas. Es una experiencia viva de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

Es adorador continuo de la Presencia real de Cristo en la Eucaristía. Vive absorbido por el Tabernáculo, especialmente por la noche. Sus nueve formas de orar expresan su espíritu de adoración, de acción de gracias, de intercesión y reparación.

Padre: que la Eucaristía, Sacrificio, Comunión y Tabernáculo, sea el centro de nuestra vida comunitaria y familiar.


4- Al calor de la Virgen.

La Virgen María es su Madre que le transmite la vida, el conocimiento, el amor y la imitación de Cristo.

La Virgen es su Maestra que le enseña a mirar, a contemplar, a vivir y a predicar los misterios de la vida de Cristo, fundamento del Rosario. N. P. es el Rosario vivo.

Padre enséñanos a ser hijos fieles de María, con el Rosario en el corazón, en los labios y en las manos, como medio para alcanzar la santidad dominicana y ser fieles a nuestra vocación y misión en la Iglesia y en el mundo.


 


 

 


 
 


             Autor: Fr. Carlos Lledó López, O.P.