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MEDITACIÓN
MARÍA, MADRE DE LA
GRACIA
MARÍA, MADRE DE LA GRACIA
María es Madre de la Gracia porque al ser Madre de Cristo y Madre de la
Iglesia, es Madre de la vida sobrenatural que Cristo posee en plenitud.
María al darnos a Cristo, nos está dando la vida sobrenatural que él
posee en plenitud, que Ella participa de modo excepcional y que nosotros
participamos por el sacramento del Bautismo
LA GRACIA SANTIFICANTE
La vida de la gracia.
La vida de la gracia es la vida sobrenatural que recibimos de Cristo por
medio de la Virgen Madre. Es Don sobrenatural que nos hace hijos de Dios
y herederos de la gloria.
La vida de la gracia santificante la recibimos por
el sacramento del Bautismo que perdona el pecado original, nos hace
hijos adoptivos de Dios, partícipes de la vida divina y nos introduce en
la comunión con el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo.
Somos templos vivos de Dios (Cf. 1ª Cor. 3,16; 6,19) movidos por el
Espíritu Santo que nos permite gritar Abba: Dios es mi Padre (Cf.. Rom.
8, 14) y la Virgen es mi Madre
Desarrollo de la vida de la gracia.
La vida de la gracia es vida sobrenatural que ha de crecer. Por eso,
hemos de alimentarla por los sacramentos, centralmente por la
Eucaristía. Hemos de potenciarla por la práctica de las virtudes. Hemos
de oxigenarla, respirar sobrenaturalmente por la oración. Hemos de
estimularla con la mortificación. Hemos de testimoniarla con el
comportamiento cristiano consecuente, integral, sincero, valiente.
APLICACION
María, Madre de la vida sobrenatural, no cesa de ofrecernos la gracia y
estimularnos a perseverar y crecer en ella, usando los medios que Cristo
ha instituido y que Ella nos ofrece maternalmente.
María nos pide que dejemos el pecado, muerte del alma, que vivamos en
estado de gracia, que seamos miembros vivos del Cuerpo de su Hijo para
actuar con vitalidad.
María nos recomienda el rezo meditado del Rosario para obtener la
conversión, vivir en gracia, ser santos y alcanzar la salvación.
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