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MEDITACIÓN
MARÍA, MADRE DEL
AMOR
MARÍA, MADRE DEL AMOR.
María es Madre del Amor.
Porque es Madre de Dios, que es Amor (Cf. 1ªJo.4, 8.16). Porque Cristo,
su Hijo, Dios hecho hombre, es amor-donación del Padre (Cf. Jo.3, 16).
Porque es Madre del misterio de la Iglesia, animada por la presencia y
acción del Espíritu de Amor.
María es modelo de Amor.
La invocamos como Esposa del Espíritu Santo por su entrega y fidelidad.
En efecto, se deja amar por Dios todo lo que quiere amarla: "Dios te
salve, llena de gracia, el Señor está contigo" (Lc.1,28).
Se deja conducir, sin condiciones, por el Amor: "No temas, has hallado
gracia. El Espíritu Santo está sobre ti. (Lc.1,30.35). Se entrega
totalmente a la obra del Amor: Aquí está la esclava. Hágase en mi según
tu palabra (Lc.1,38). Toda su vida será testigo del Amor desde el
Magnificat (Cf. Lc. 1, 46) hasta la Cruz (Jo. 19, 25-28)
Nosotros.
Tratemos de imitar a María. Seamos fieles al amor de Dios que nos ha
sido dado: “El amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones por
virtud del Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rom. 5, 5b) Somos
portadores de un misterio de amor de Dios Padre que nos bendice, nos
predestina y nos santifica en Cristo por obra del Espíritu Santo:
"Bendito sea Dios" (Cf. Ef.1,3-14).
Somos miembros de la Iglesia, depositaria y administradora del Amor de
Dios. En efecto, la Iglesia causa en nosotros el amor de Dios y nos hace
crecer en el mismo, principalmente por los sacramentos.
Por lo tanto, aprendamos de María a dejarnos amar todo lo que Él quiere
amarnos, a entregarnos sin reservas a las exigencias del amor a Dios y a
ser testigo de su amor en medio del mundo.
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