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MEDITACIÓN
MARÍA, MADRE DE LA
RECONCILIACIÓN
MARÍA, MADRE DE LA RECONCILIACION
María es Madre de la reconciliación entre Dios y el hombre.
La naturaleza humana estaba enemistada con Dios por el pecado original
que se transmite por vía de generación. La reconciliación se realiza en
Cristo Redentor que perdona el pecado.
María es Madre de la Reconciliación porque es Madre de Cristo. Al calor
del Corazón de María se reconcilia lo humano y lo divino. María se
convierte así en Madre de la gran Reconciliación.
Cristo repara y perdona lo que el hombre no puede reparar ni perdonar y
María es Madre de la reparación y del perdón.
Cristo causa la gracia que se nos aplica por los sacramentos en la
Iglesia y María es Madre de la gracia que nos conduce a la
reconciliación, al sacramento de la Confesión.
La Penitencia.
El Sacramento de la Penitencia nos perdona el pecado personal cometido
después del Bautismo y nos reconcilia con Dios, con la Iglesia y con los
hermanos.
El Sacramento nos devuelve la vida frente a la muerte del pecado mortal
por el perdón. También nos hace fuertes en la voluntad frente a la
debilidad del pecado venial y nos mantiene en “tensión de santidad”. El
Sacramento es siempre fuente de paz interior, la que Cristo nos da que
no es la paz de este mundo (Cf. Jo.14, 27).
María está presente en el Sacramento del Perdón como Madre que recoge al
hijo herido entre sus brazos y trata de curarlo porque es Madre del
Médico que todo lo sana, porque es Madre del Gran Perdonador que perdona
y olvida, porque es Madre de la Sangre derramada que lava y purifica,
porque es Madre Asunta al Cielo que no cesa de interceder por nosotros y
salir al encuentro de los hijos pecadores, débiles e inconstantes.
"Ave escalinata celestial, por donde Dios ha bajado. Ave, puente de
tránsito para aquellos que de la tierra pasan al cielo"
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