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MEDITACIÓN
MARÍA, FUENTE DE FE,
ESPERANZA Y CARIDAD
MARIA, FUENTE FE, ESPERANZA Y CARIDAD.
María, fuente de Fe
El misterio de María, Madre y Virgen, nos mueve a creer en el amor
misericordioso de Dios más fuerte que nuestro pecado, que nuestra muerte
y que nuestra debilidad. Dios sale a nuestro encuentro, nos perdona, nos
abraza y nos acepta como hijos en el Hijo.
El misterio de María, Madre y Virgen, nos mueve a creer en la potencia
salvadora de Cristo, en su redención. Cristo es nuestro Salvador, fuente
de vida abundante y de gracia.
El misterio de María, Madre y Virgen, nos mueve a creer en Cristo, clave
de la verdad de nuestra existencia. Cristo es el camino de Dios al
hombre y del hombre hacia Dios.
El misterio de María, Madre y Virgen, nos mueve a creer en el Espíritu
Santo, acogido por María sin reservas. Espíritu Santo que nos ha sido
dado y que se ha derramado en nuestros corazones (Rom.5, 5) para que
podamos identificarnos con Cristo para gloria del Padre.
El misterio de María, Madre, Virgen y Madre, nos mueve a creer en la
Iglesia, Cuerpo místico de Cristo que nos santifica por los sacramentos,
que nos enseña con su magisterio y que nos conduce con su gobierno.
María, fuente de esperanza.
María, Madre y Virgen, es fuente de nuestra esperanza porque apoyada en
la Palabra de Dios, camina con alegría, al estilo del Magnificat,
siempre y en toda circunstancia. Nada hay imposible para Dios. Ella nos
invita a caminar con la mirada puesta en el Cielo.
María, Madre y Virgen, es fuente de nuestra esperanza porque por medio
de Ella, recibimos el perdón del pecado en Jesucristo que nos devuelve
la paz interior y la alegría verdadera.
Tenemos necesidad de la ejemplaridad de la esperanza de María porque
prolonga la fe apoyando la certeza del cumplimiento de la Palabra de
Dios que no falla y, consiguientemente, causa gozo.
María, fuente de amor.
“Toda la existencia saca su valor de la calidad del amor. Dime cual es
tu amor y yo te diré quien eres tú". La calidad del amor de María, nos
dice quién es.
María, Madre y Virgen, nos enseña el camino del amor. Pos amor, acepta
ser Madre de Dios, por amor se pone en marcha hacia Belén para el
nacimiento virginal de Jesús, por amor se pone al servicio de su
parienta Isabel, por amor se entrega a Jesús en su infancia y en su vida
publica, por amor está junto a la Cruz de su Hijo. La vida de María es
una trayectoria de amor. Es sólo amor.
Aprendamos de María a vivir en el amor de Dios, a actuar movidos por el
amor a Dios y a entregarnos en caridad al servicio de los más
necesitados.
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