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MEDITACIÓN
MARÍA, MADRE DE DIOS
(Cf.
Red. Mat. 7-12)
DIOS QUISO TENER UNA MADRE
Alabamos a Dios que quiso tener una Madre para hacerse hombre. La
Maternidad divina es el centro de los dogmas y privilegios marianos.
La Virgen María, predestinada para ser la Madre de Dios, ha sido
redimida privilegiada y excepcionalmente en atención a los méritos de
Cristo Redentor.
Por eso, la Virgen María es Santuario de santidad: la llena de toda la
gracia que necesita para ser la Madre de Dios: Dios te salve María,
llena eres de gracia (Cf. Lc.1,28.35).
La Virgen María es Santuario de Amor porque es portadora de la entrega
de Cristo al Padre para hacer su voluntad; de la entrega de Cristo a la
Iglesia para que sea santa y de la entrega de Cristo a los hombres para
que tengan vida.
La Virgen María es Santuario de Misericordia porque es portadora de la
solución al pecado: Cristo Redentor.
La Virgen María es Santuario de pureza porque es la Inmaculada
Concepción, concebida sin mancha de pecado original.
La Virgen María es Santuario de virginidad. Virgen antes del parto,
virgen en el parto y virgen después del parto. Es Virgen Madre por obra
del Espíritu Santo.
MARÍA ACEPTA SER MADRE DE DIOS
María acoge el anuncio del Ángel y acepta ser Madre de Dios. Se entrega
sin condiciones: He aquí a la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra (Lc.1, 26-38). Y María comienza a ser la Madre de Dios. El Verbo
se ha hecho carne al calor de su corazón por obra del Espíritu Santo, no
de varón.
La Madre de Dios ha realizado donación total, consciente y libre, de
todo su ser: alma y cuerpo, vida y corazón. Donación en fe, esperanza y
caridad.
MARIA, VIRGEN-MADRE
María concibe virginalmente por obra y gracia del Espíritu Santo.
Momento culminante de la historia. Se está realizando la plenitud de los
tiempos (Gal.4,6) del amor y la misericordia. Concibe virginalmente a
Jesucristo.
María es la Madre de Dios. Dogma que gozosamente hemos de creer. (Efeso.431;
Dz.111.113)
MARIA AL SERVICIO DE CRISTO.
Cristo es el Redentor. Redentor de María que es hija del Hijo en el
orden de la gracia al ser privilegiada y excepcionalmente redimida en
atención a los méritos de Cristo.
María es la Corredentora que ha entregado todo su ser, alma y cuerpo, al
servicio de Cristo, de la Iglesia, de la salvación.
APLICACIÓN
María Madre nos ofrece maternalmente el misterio de Cristo, de la
Iglesia, de la vida sobrenatural, de los sacramentos, la santificación y
de la salvación
María nos conduce a Cristo. Nos atrae hacia Él desde las situaciones
personales, familiares, sociales…
María es la Madre que intercede por nosotros que le decimos y repetimos,
especialmente en el Rosario: Dios te salve, María... Santa María ...
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