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Jesús con la cruz a cuestas
LECTURA EVANGÉLICA.
Tomaron a Jesús, y él, cargando con la
cruz, salió al sitio llamado de la Calavera. Lo seguía un gran gentío del
pueblo, y de mujeres que se daban golpes y lanzaban lamentos por él. (Cf. Jo.
19, 16-17; Lc. 23, 27)
MEDITACIÓN.
Acompañamos espiritualmente a Jesús camino del Calvario donde lo van a
crucificar. Es el Vía Crucis, el Camino de la Cruz.
Está a punto de consumarse la entrega de Cristo por
nosotros y su amor hasta el extremo. Jesucristo nos está demostrando que
nadie tiene amor mayor que éste de dar la vida por sus amigos, por nosotros.
Jesús: tú nos invitas a ir en pos de
ti, a negarnos, a tomar nuestra cruz de cada día. Enséñanos a ir en pos de
ti, fieles a la gracia, sin cansarnos. Enséñanos a negarnos a nosotros
mismos siendo fieles al Evangelio, dóciles a tu verdad y entregados a tu
amor con todas sus consecuencias. Enséñanos a tomar nuestra cruz de cada día
con el cumplimiento de nuestros deberes.
Simón de Cirene es el amigo que te
ayuda a llevar la Cruz, que trata de aliviarte en tu dolor insoportable, que
no se avergüenza de ser de los tuyos. Señor, danos la gracia que necesitamos
para ser amigos tuyos, para compartir tu dolor y para ayudarte a llevar la
Cruz con nuestro estilo de vida cristiana.
Madre nuestra, Señora del Rosario: Tú caminabas muy cerca de tu Hijo en
comunión mística con su dolor. Lo alientas y confortas hasta el final con
ternura de madre. Nosotros, tus hijos, te necesitamos junto a nosotros en
nuestro difícil caminar, siguiendo las huellas de Cristo, hasta alcanzar la
salvación.
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Las Oraciones del Rosario
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PADRE NUESTRO:
Rogamos a Dios.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el
cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
* AVE MARÍA:
Repetimos la Salutación del Ángel y Santa Isabel a la Virgen María.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
* GLORIA:
Alabamos a la Santísima Trinidad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora, y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
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