2º Misterio Glorioso

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS



Rezo del Misterio



Padre Nuestro


Avemaría

Avemaría

Avemaría

Avemaría

Avemaría

Avemaría

Avemaría

Avemaría

Avemaría

Avemaría
 

Gloria


"María,
Madre de Gracia,
Madre de Misericordia, defiéndenos del enemigo y
ampáranos ahora y
en la hora de la muerte"

 


3er MISTERIO GLORIOSO

 

 


La Ascensión

  

LECTURA EVANGÉLICA.

                Jesús dijo a sus discípulos: Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió a los cielos y se sentó a la derecha de Dios. ( Cf. Mt. 28, 20; Mc. 16, 19).

 

 

MEDITACIÓN.

         Con la Virgen María, nuestra Madre, meditamos que Cristo, cumplida la misión que el Padre le había confiado, sube al Cielo por su propia virtud, porque es Dios.

         La Ascensión del Señor alienta nuestra esperanza. Esperamos ir al Cielo porque Cristo ha subido para prepararnos un lugar y llevarnos con Él para que dónde yo estoy estéis también vosotros. (Cf. Jo. 14, 3) La Ascensión del Señor nos invita, por lo tanto,  a vivir mirando hacia lo alto, hacia el Cielo.

         La Virgen María, Señora del Rosario, nos apoya como Madre y como Medianera universal de todas las gracias.

         Ella es la primera en seguir a Cristo, de forma privilegiada, Asunta al Cielo en cuerpo y alma como conviene a la Madre de Dios. Ella nos dice cómo hemos de comportarnos para participar definitivamente de los frutos de la Ascensión del Señor a los cielos. Ella intercede continuamente por los hermanos de su Hijo.

Nos consagramos con el Rosario en el corazón para grabar los misterios de la vida del Hijo, con el Rosario en los labios para recitar las mejores oraciones, y con el Rosario en las manos como la mejor defensa.



Las Oraciones del Rosario


 

 * PADRE NUESTRO:

Rogamos a Dios.

Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
 

* AVE MARÍA:

Repetimos la Salutación del Ángel y Santa Isabel a la Virgen María.

 

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
 

* GLORIA:

Alabamos a la Santísima Trinidad.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora, y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 


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