|
La venida del Espíritu Santo
LECTURA
DEL NUEVO TESTAMENTO.
De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la
casa donde estaban los discípulos. Vieron aparecer unas lenguas, como
llamaradas, que se repartían posándose encima de cada uno. Se llenaron todos
del Espíritu Santo. (Cf. Hechos 2, 1-4)
MEDITACIÓN.
Los hechos de los
Apóstoles narran la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Le
precede un viento recio que resonó en toda la casa. Es la señal
bíblica del paso de Dios. Le acompañan unas lenguas, como llamaradas, que
se repartían, posándose encima de cada uno. Y se llenaron todos del
Espíritu Santo. Nace la actividad misionera de la Iglesia.
La venida del Espíritu Santo marca la catolicidad de la Iglesia.
Los apóstoles se llenaron todos de Espíritu Santo y comenzaron a
predicar a gentes de todas las naciones, razas y creencias. Desde entonces,
la Iglesia no cesa de predicar el Evangelio a los hombres de todos los
pueblos.
Seguimos necesitando la presencia y acción del Espíritu Santo para
avivar la Fe: Nadie puede decir Jesús es el Señor sino es bajo la acción
del Espíritu Santo. Igualmente, para mantener la unidad: hay
diversidad de dones, pero un mismo Espíritu.
Formamos un sólo cuerpo en Cristo animados por el Espíritu Santo.
Como el cuerpo tiene diversos miembros, así es también Cristo.
Todos nosotros... hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un
solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
¿Qué hemos de hacer para actuar animados por un mismo Espíritu en
la unidad del Cuerpo de Cristo? ¿Qué espera el Espíritu Santo de nosotros?.
Ser santos. El Espíritu Santo es nuestra fuerza, y la Eucaristía,
Sacrificio, Comunión y Tabernáculo, el alimento para no desfallecer en el
empeño.
María, Madre de la
Iglesia y Señora del Rosario, Esposa del Espíritu Santo, nos consagramos a
ti. Enséñanos a ser fieles a la presencia y acción del Espíritu Santo.
Ayúdanos a ser santos.
|
Las Oraciones del Rosario
*
PADRE NUESTRO:
Rogamos a Dios.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el
cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
* AVE MARÍA:
Repetimos la Salutación del Ángel y Santa Isabel a la Virgen María.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
* GLORIA:
Alabamos a la Santísima Trinidad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora, y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
|