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La Asunción de María
LECTURA
BÍBLICA.
María dijo:
Me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí. (Cf. Lc. 1, 48-49).
Toda hermosa eres, amada mía, no hay defecto en
ti. Ven del Líbano, esposa mía, ven. (Cf. Cantar de los Cantares, 4,
7).
MEDITACIÓN.
Hacemos gozosamente un
acto de fe: ... para aumento de la gloria de la misma augusta Madre, y
gozo y regocijo de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro Señor
Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y nuestra,
proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado: Que la
Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su
vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial (Cf.
Constitución Apostólica Munificentissimus Deus, 1.11.50; Dz. 2331-33).
María ha sido privilegiada y excepcionalmente redimida en atención a los
méritos de Cristo. Por eso es: Inmaculada Concepción, siempre Virgen, llena
de gracia... Consecuentemente, la Asunción al Cielo en cuerpo y alma sigue
siendo participación privilegiada de la Resurrección y Ascensión del Hijo.
María ha sido reconocida como la nueva Eva desde el siglo II. Participando
con Cristo en la lucha contra el demonio y el pecado (Cf. Gen. 3, 15), es
lógico que participe en la victoria total de Cristo con la glorificación de
su cuerpo y de su alma.
La Asunción de María nos invita a mirar al Cielo y ordenar nuestra vida
según las exigencias de la gracia recibida en el Bautismo. Tengamos
confianza. María, nuestra Madre ha triunfado por los méritos de Cristo.
Nosotros, unidos a María, por los méritos de Cristo Redentor, pagaremos el
tributo de la muerte, resucitaremos en la carne, seremos juzgados en el amor
y nos salvaremos en el alma y en el cuerpo.
María intercede por
nosotros y nos tiende el Rosario para que nos agarremos a él y nos ayude a
subir al Cielo. |
Las Oraciones del Rosario
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PADRE NUESTRO:
Rogamos a Dios.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el
cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
* AVE MARÍA:
Repetimos la Salutación del Ángel y Santa Isabel a la Virgen María.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
* GLORIA:
Alabamos a la Santísima Trinidad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora, y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
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