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El Nacimiento
de Jesús
Lectura evangélica.
Mientras estaban en Belén, le llegó a
María el tiempo del parto y dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en
pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. Un
ángel se apareció a unos pastores y les dijo: Hoy, en la ciudad de David,
os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor (Cf. (Lc. 2, 1-14).
Meditación.
Jesús nace virginalmente de María
como el rayo de sol atraviesa el cristal sin romperlo ni mancharlo. Adoramos
silenciosamente al Hijo de Dios hecho hombre por nosotros y por nuestra
salvación. “Señor mío y Dios mío”
María es la portadora
del Misterio por obra del Espíritu Santo. Dios hombre se manifiesta
visiblemente entre los brazos de María como un niño pequeñito, débil y
pobre.
María es el
camino que Dios ha escogido para que el Hijo se haga presente en la
humanidad y, consecuentemente, en cada uno de nosotros, llamados a la
intimidad con Cristo por el don de la gracia que nos trae. María nos enseña
a acoger a Cristo Redentor, a entregarnos a Él, a mostrarlo al mundo.
San José, tutela, protege y defiende el
misterio del Niño Jesús y el de la virginidad de la Madre. Es Testigo
silencioso de las maravillas del Señor, y, por eso, el gran contemplativo.
San José nos enseña a adorar el misterio y nos pide que protejamos el
misterio de la gracia en nosotros.
Con María y
José recibimos a Cristo en nuestros corazones. Cristo viene como el Amigo
del hombre, nuestro amigo, que perdona y redime, que comprende y olvida, que
se hace uno de nosotros, que nos enseña las cosas del Padre, que nos da la
vida de lo alto, que nos santifica y nos salva...
Nos unimos al
coro de los ángeles glorificando a Dios y manifestando nuestra buena
voluntad para recibir la paz que Cristo nos trae. Acudimos presurosos a
Belén con los pastores para adorar al Niño y hacerle la ofrenda de nuestra
vida.
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Las Oraciones del Rosario
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PADRE NUESTRO:
Rogamos a Dios.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el
cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
* AVE MARÍA:
Repetimos la Salutación del Ángel y Santa Isabel a la Virgen María.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
* GLORIA:
Alabamos a la Santísima Trinidad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora, y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
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